jueves, 3 de mayo de 2012

Urtangarín

Comentario al post de Iñaki Gabilondo: Mafioso, viscoso, sospechoso ... Este post también fue censurado: ¡¡¡ Qué carrera llevo !!! Debo estar dando muy cerca para ser merecedor de tanta censura...

No quiero despacharme a gusto concretando en Urdangarín, que se me va la olla y luego viene la censura... Vayamos pues a las consideraciones de "alto nivel". Es decir, ¿se pueden extraer tendencias de comportamiento en lo referente a las instituciones? Hace años que observo los chanchullos y tejemanejes que se dan en ciertas instituciones. Instituciones amparadas por un alto estatus de consideración social, protección legal (incluso constitucional), y aval político. Instituciones cuyos responsables rinden vasallaje tan solo a si mismos, hasta que el alcance de la fechoría perpetrada acaba fuera de control y entonces claman por la venerabilidad de la institución como mecanismo para alcanzar su pretendida impunidad. La decadencia de las instituciones españolas conforman un panorama desolador. Han creado un ecosistema interrelacionado a través del cual los "amos del calabozo" maman procurando no molestar al mamón de al lado. Si alguna figura notable apareciese por el camino pidiendo explicaciones es inmediatamente apartada de sus responsabilidades, para que pueda seguir gritando sin disponer del altavoz de su posición. La teta abundante de ayer es hoy un exiguo recuerdo, pero la voracidad de estos decadentes no tiene fin y apartan al bebé para seguir alimentando su propia gula. ¿Es el de urdangarín un simple delito económico? ¿Se salda devolviendo el dinero? Pregúntate... ¿a quién le ha robado?... ¿a una ONG sin ánimo de lucro cuyo fin eran los niños desfavorecidos, por ejemplo?... ¿Qué se puede esperar de estas instituciones? Con impunidad no hay respeto. Si la justicia no actúa, todo está perdido. Naciones fuertes y naciones débiles....

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